PREPARACIÓN FÍSICA EN LA PREVENCIÓN DE LESIONES
El acondicionamiento físico de un equipo de baloncesto tiene, fundamentalmente, dos objetivos: el primero es el aumento del rendimiento individual y colectivo y, el segundo, disminuir el riesgo de lesiones.
Si conseguimos que nuestros deportistas no se lesionen su progresión será continua. No solamente nos referimos a lesiones que obligan al jugador a parar, sino que también hablamos de pequeñas lesiones, de molestias que se pueden hacer crónicas por causa de una preparación física deficiente. Además, estos problemas pueden acortar la vida deportiva del deportistas, afectan a su rendimiento y a sus sensaciones en la pista.
¿Cómo logra la Preparación Física disminuir el riesgo de lesión?
El desarrollo de cada una de las capacidades físicas tiene su efecto positivo en la prevención de lesiones.
- Mejorando la resistencia: cuando incrementamos la resistencia del jugador conseguimos retrasar la aparición de la fatiga, que es uno de los factores que aumenta, exponencialmente, el riesgo de lesión.
- Mejorando la fuerza: los déficits de fuerza son uno de los motivos más importantes de lesión. Un buen tono muscular en el tren inferior nos permitirá hacer buenos apoyos y que nuestra musculatura proteja las articulaciones de tobillo, rodilla y cadera. El trabajo sobre la musculatura profunda del tronco y la musculatura de la zona de la pelvis nos ayudará a conseguir posturas correctas en gestos tan complejos como: los cambios de ritmo, saltos en carrera, luchas por el rebote, etc.
- Mejorando la velocidad: la incidencia en este apartado de la preparación física no influye decisivamente en la salud, y sí en el rendimiento. La ganancia de fuerza (un buen tono muscular en la parte central del cuerpo), una buena coordinación, y el incremento de la capacidad propioceptiva, influirán positivamente en la velocidad, y con ellos se reduce el riesgo de lesión.
- Mejorando la flexibilidad (amplitud de movimiento): el acortamiento de la musculatura por excesiva tensión disminuye la amplitud de movimiento de las diferentes articulaciones y cadenas musculares, afectando directamente a las posibilidades técnicas de un jugador. Si no trabajamos sobre ello, aumentará el riesgo de lesión por acciones que, repentinamente, soliciten un sobre-estiramiento o una postura más exigente de lo habitual.
- Mejorando la coordinación: el aumento de esta cualidad es fundamental en la aplicación de cualquier ejercicio. La realización de cualquier gesto técnico con un buen nivel de coordinación disminuye el riesgo de lesión. Un jugador coordinado puede realizar gestos técnicos complejos, al tiempo que mantiene la atención selectivamente en otros apartados del juego que no sean sus propias acciones.
- Mejorando la propiocepción (equilibrio+fuerza): con la propiocepción, mejoramos todo el control de las acciones de nuestro cuerpo; incrementamos la interpretación de las sensaciones que llegan a nuestro sistema nervioso central y, derivando de esto, optimizando la respuesta. Al trabajar cada día en este apartado, seremos capaces de hacer un buen apoyo cuando, por ejemplo, nos empujen en el aire en una acción de tiro y el riesgo de lesión será mucho menor.
LESIONES MÁS FRECUENTES
A veces, por muchas normas de prevención de acciones preventivas que hayamos llevado a cabo, suceden lesiones.
Antes de enumerar las lesiones más frecuentes que suceden en baloncesto, vamos a recordad los elementos principales del aparato locomotor:
By: Daniel Castellano CC BY-NC-SA 2.0https://flic.kr/p/97P7XJ |
-Ligamentos: son los tejidos elásticos que unen los huesos.
- Músculos: envuelven el esqueleto y le dan movimiento.
- Articulaciones: forman la unión de dos huesos. Permiten una gran variedad de movimientos.
- Tendones: cordones fibrosos mediante los cuales los músculos se unen a los huesos.
Tipo de lesiones
- Esguince: es la separación momentánea de las superficies articulares, generalmente después de realizar un movimiento forzado, que suele producir un estiramiento muscular y, a veces, su ruptura. Puede suceder que el esguince arranque un trozo de hueso. Las zonas más propensas a sufrir esguinces en baloncesto son: tobillos, dedos y rodillas.
- Luxación: es la separación mantenida de las superficies articulares, es decir que la articulación ha quedado desmontada. Puede ser debido tanto a una caída como a un impacto. Las zonas más propensas a sufrir luxaciones en baloncesto son: dedos, hombros y rodillas (rótula).
- Contusión: es una rotura por compresión o aplastamiento del tejido blando. La intensidad de la misma puede oscilar desde una lesión superficial hasta una compresión de tejidos profundos con hemorragia. La zona más común que sufre esta lesión son los muslos (cuádriceps).
- Distensiones: son estiramientos o desgarramiento del músculo o de los tejidos adyacentes tales como las fascias o los tendones. Según la gravedad se clasifican en grado I, II y III. En baloncesto, los músculos más susceptibles de sufrir distensiones son los de las piernas: isquiosurales, gemelos, aductores, cuádriceps.
- Contracturas: son contracciones repentinas, violentas e involuntarias de uno o varios músculos. Se suelen dar en las piernas o la espalda (lumbares y trapecio).
- Tendinitis y tendinosis: es la inflamación del tendón y/o de la vaina que lo envuelve (tenosinovitis). La localización más frecuente está en la rodilla y el tobillo (tendinitis rotulana y aquilea respectivamente).
- Roturas del tendón: se clasifican según el alcance de la lesión en parcial o total, pudiéndose producir a diferentes niveles: en la inserción del tendón en el hueso, en la unión músculo tendinosa, o en el propio tendón. Se suelen dar en el tendón rotuliano, o en el de Aquiles.
- Calambres musculares: no se pueden considerar lesiones como las anteriores, pero si que limitan el ejercicio físico y son un aviso de un estado de cansancio y desnutrición del músculo que puede provocar una distensión muscular. Se suelen dar en los muslos (cuádriceps, isquiosurales: isquiotibiales y bíceps femoral) y gemelos.
- Fracturas: ruptura de un hueso por traumatismo, contracción muscular brusca o distensión ligamentosa. La localización más frecuente de las fracturas son: de los maléolos del tobillo, de las falanges de los dedos, de los huesos de la nariz. Las fracturas pueden ser:
- Cerradas: la piel permanece intacta (no hay herida).
Fuente: Formación del jugadores de Baloncesto, Escuela Nacional de Entrenadores Nivel 1 (FEB)
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